Hoy en día, son muchas las personas que creen que tener un profesor nativo garantiza que el alumno dominará el idioma mejor que si lo hiciera con un profesor no nativo. Sin embargo, ser nativo no implica ser buen profesor. Basta con pensar en un español cualquiera que decida ir al extranjero y enseñar su lengua materna, así, sin más. Por tanto, un profesor de idiomas debe estar cualificado, tenga la nacionalidad que tenga.
Para impartir un idioma es necesario conocer la materia en cuestión, pero también técnicas de enseñanza, sentir pasión por lo que se hace y tener la actitud idónea para llegar a los alumnos. No obstante, está claro que ser nativo y, además, buen profesor, implica una pronunciación perfecta, expresiones mucho más afinadas, uso de la lengua de manera natural y no forzada, y un mejor conocimiento de la cultura.
Entonces, ¿cuáles son las ventajas de aprender un idioma con un profesor no nativo? Él ha sido alumno como tú y conoce perfectamente cómo enseñarte para que lo comprendas, entiende la mentalidad del alumno y, por tanto, los procesos mentales para llegar a asimilar una estructura gramatical y las dificultades que todo ello entraña. En el caso de los estudiantes más pequeños, el hecho de que el ‘profe’ les entienda, ayuda a sentirse más seguros y comprendidos, sobre todo en determinados momentos de clase.
Al final, el acento no es tan importante, al contrario que la pronunciación (en el caso español, sería como tener un profesor de Granada o de Madrid) y la pronunciación te la corrige tanto un nativo como alguien que no lo sea, puesto que se ha formado para eso.
Muchas franquicias y escuelas utilizan al profesor nativo como reclamo publicitario y comercial. En Smiling Kids tenemos profesores nativos (que también tienen gran control sobre el español) y no nativos (con titulación y cualificados para enseñar un idioma), pero todos preparados, empáticos, con experiencia y que siguen una metodología concreta, única y clara. Además, mantenemos un control constante sobre ellos para medir su desempeño profesional.
Dicho todo esto, lo ideal es tener un profesor nativo para niveles altos o materias especializadas y un no nativo para el resto de niveles. Solo tienen que saber enseñar, prepararse bien el temario, adaptarse a los alumnos, corregir correctamente sus errores, enseñar a pronunciar, que dejen hablar a los estudiantes y les inciten a ir a clase cada día y, por qué no, que sean divertidos.
FUENTE: www.aprendingidiomas.com